Porque salir del cine con una mezcla de tímida sonrisa y emoción desbordada puede resultar más difícil de lo que parece, pero a veces surgen joyitas como "El concierto", y suspirar alegremente mientras te pones el abrigo se convierte en un acto reflejo.
Radu Mihaileanu dirige estas dos horas de música, amor, nostalgia, sueños olvidados y fantasmas de una vida de los cuales no se puede huir. Dirigió anteriormente "Vete y vive", "El tren de la vida" y "Traidor", también en Francia.
Todo surge de una disparatada idea, Andreï Filipov pierde su puesto como director de la orquestas del Bolchoï durante la cruzada contra los judíos por negarse a colaborar; treinta años después, mientras limpia el teatro y sueña con llevar la batuta, las casualidades le permiten volver a dirigir la orquesta con sus antiguos compañeros y actuar en el Teatro del Châtelet, París. Esta segunda oportunidad sólo será posible si la suplantación de la actual orquesta no es descubierta.
Interpretado por una fantástica Mélanie Laurent, a quien seguro viste hace poco en "Malditos bastardos", y que aquí soporta, y muy bien, el peso de la película junto con Aleksei Guskov que es un obsesivo director de orquesta que te llena de esperanza.
Puede que no sea una película redonda, puede que la comedia en ciertos momentos del metraje pierda fuerza, o que la trama política se vea excesivamente relegada. ¿Y qué?
Porque también y parafraseando a Ismael Serrano "pero sucede también, que sin saber cómo ni cuándo, algo te eriza la piel, y te rescata del naufragio..."
Uno de los mejores finales de los últimos tiempos, con el Concierto para violín en D Mayor de Tchaikosvski, diálogo que no calla, que esclarece los secretos y con ese aire de secuencia de cine clásico que me hizo sentir que estaba en la butaca de un teatro parisino.
Disfruta de cada nota.
Si no la has visto ¿A qué esperas? Si lo has hecho ¿Qué opinas tú?
Próximamente más, y si es posible...mejor