A falta de un tercio para que acabe el año, esta cinta tiene todas las papeletas para convertirse en la película colombiana del año; Dirigida por Carlos César Arbeláez y estrenada en la última edición del Festival Cine de San Sebastián, "Los colores de la montaña" pellizca a sus espectadores con la amistad infantil como tema central y la realidad de guerrilla en el fondo.
La sinopsis dice: "Manuel, un niño de nueve años que juega al fútbol todos los días en el campo con una vieja pelota, sueña con llegar a ser un gran guardameta. Su alegría es enorme cuando Ernesto, su padre, le regala un balón nuevo; pero, desgraciadamente, un accidente inesperado hace que el balón caiga en un campo minado. A pesar del peligro que supone, Manuel, que no está dispuesto a renunciar a su balón, convence a sus dos mejores amigos, Julián y Poca Luz, para que le ayuden a recuperarlo. En medio de las aventuras y los juegos infantiles, los signos de un conflicto armado empiezan a perturbar la vida de los habitantes de La Pradera"
Durante el rodaje, al igual que hicieron en la película española "Héroes", el equipo propició durante semanas una verdadera amistad entre los niños que encarnarían a los protagonistas, y esa es una de las grandes claves de su éxito. Son Hernán Mauricio Ocampo (Manuel), Genaro Aristizábal (Poca luz) y Nolberto Sánchez (Julián) quienes nos relatan con abrumadora naturalidad la infancia de desplazados y la lucha por mantener sus juegos en el fuego cruzado entre guerrilla y ejército.
La mirada adulta llega gracias a los interpretes Natalia Cuéllar y Hernán Méndez, ellos asientan la realidad colombiana en esos pequeños pueblos envueltos en la pelea por mantener su cotidianeidad. Y para dar alma a ese contexto está el fantástico trabajo de Gonzalo Martínez en la dirección de arte, el montaje de Andrés Durán, el sonido (gran aporte su directo) de Carlos Montilla y Jena Guy Verán, la fotografía de Óscar Jiménez, y la música de Camilo Montilla y Oriol Caro.
La sinopsis dice: "Manuel, un niño de nueve años que juega al fútbol todos los
Durante el rodaje, al igual que hicieron en la
La mirada adulta llega gracias a los
Un juego recurrente en el cine, utilizar la mirada de un niño (inocente y sin prejuicios) para retratar una realidad muy dura, ésta queda como subtexto del que reflexionas cuando llegan los créditos, porque su hora y media se concentra en la profunda amistad de los niños. Sin acudir a melodramas y artificios dibuja un acertado esquema de la crueldad con la que tienen que convivir los habitantes de las magnánimas montañas de Colombia.
La paleta de colores de la vida,
del blanco al negro,
del albino "Poca Luz" al morenito "Manuel"
Abre los ojos, esta película brilla
"Los caminos de la vida son difíciles y no como los había imaginado"
Tráiler
Si no la has visto ¿A qué esperas? Si lo has hecho ¿Qué opinas tú?
Próximamente más, y si es posible...mejor
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