Antes de ver la película sólo hacía que leer alabanzas sin fin hacia ella por parte de la institución bloguera (lo de institución es por darle empaque, y que desaparezca ese halo freaky que todos padecemos al darle una solemnidad inexistente pero divertida ;-) Esto siempre es un arma de doble filo, vas corriendo hacia la pantalla con la esperanza de ver algo bueno, pero también atemorizada ante la posibilidad de convertirte en el bicho raro que denosta la cinta...ni uno ni otro, me parece un peliculón, lo tiene todo para entretener y a la vez hacer funcionar la neurona, pero lo de obra maestra ya no sé. Hasta ahora "Las vidas posibles de Mr.Nobody" era mi película en lo que va de verano, pero ahora tengo un amor bipolar entre las dos, y será el tiempo el que ponga a cada una en su sitio.
Lo único que tengo claro, es que en Marzo del año que viene, cuando las quinielas de los Oscar estén en pleno auge, será muy difícil que otra película obtenga tanta unanimidad y la derrote. "Origen" sólo acaba de comenzar una andadura que estoy segura le llevará a la cima de muchos premios técnicos y artísticos.
Siempre parece haber un cisma entre los gustos cinéfilos de los americanos y los europeos-latinos, son dos bandos muchas veces opuestos, los primeros suelen partir de la grandiosidad y nosotros necesitamos tocar realidad, adentrarnos en las pequeñas cosas cercanas...pero "Origen" consigue aunar el estilo hollywoodiense al que sucumben facilmente los americanos, con el espíritu complejo de varias capas que admiramos por nuestros lares.
Christopher Nolan, de quien admiro "Memento" pero me aburrió "El caballero oscuro" (no me matéis por ello, o hacedlo con anestesia de elefante) tiene la capacidad de contar una historia que fue formando como buen alquimista en un rincón, y dotarla de los trucos comerciales, consiguiendo un target de espectadores rendidos a sus pies que para sí lo quisieran los demás...y esa unión será recompensada con múltiples galardones, me apuesto...bueno no me apuesto nada porque estamos en crisis y no está el horno pa' bollos, pero me apostaría muchas cosas y la intención es lo que cuenta que diría mi señora abuela.
Para no destripar nada a nadie, de manera concreta sólo voy a dar la sinopsis inicial: Dom Cobb es el mejor en la extracción de ideas durante el sueño y eso le revierte grandes beneficios al vender esa capacidad al mejor postor, pero ante sí llega la oportunidad de abandonar esa vida de huída constante con el origen, es decir, invirtiendo lo anterior, introduciendo ideas a través del sueño.
Cobb cobra vida gracias a un Leonardo Di Caprio que después de películas como ésta o "Revolutionary Road" ha borrado las dudas que, al menos yo, tenía sobre su capacidad interpretativa, ahora sólo me queda pedir clemencia y rendirle pleitesía por cada uno de los pasajes en esta cinta.
Cobb cobra vida gracias a un Leonardo Di Caprio que después de películas como ésta o "Revolutionary Road" ha borrado las dudas que, al menos yo, tenía sobre su capacidad interpretativa, ahora sólo me queda pedir clemencia y rendirle pleitesía por cada uno de los pasajes en esta cinta.
Junto a él, otros muchos en estado de gracia, Marion Cotillard a quien la cuenta atrás de "La vie en rose" le persigue ("Edith Piaf", "Quiéreme si te atreves" y ahora aquí), o dos jóvenes promesas que para mí ya traspasaron la frontera y son acierto asegurado como Ellen Page ("Juno") y Joseph Gordon-Levitt ("500 días juntos").
También una lista de secundarios agotadoramente perfecta con Michael Caine ("Las normas de la casa de la sidra", "Hijos de los hombres"), Tom Hardy ("RocknRolla", "The Code"), Ken Watanabe ("Cartas desde Iwo Jima", "El último samurái"), Dileep Rao ("Avatar") o Cillian Murphy ("La joven de la perla", "28 días después", "Desayuno en Plutón")...y así podría seguir con cada actor que circula ante la cámara, extraordinario elenco.
Una película que crea mundos, niveles, que está en la imaginación y juega con la realidad de personajes y espectadores, con un trabajo técnico de efectos, fotografía (Wally Pfister) o un montaje de Lee Smith al que parece imposible reprochar ni una secuencia. La banda sonora de Hans Zimmer te deja sin palabras convirtiendo cada nota en imprescindible. Manifiesto mi fascinación por ese mundo onírico sacudido por grandes secuencias de pura acción, por las explosiones paradas en el tiempo, por la falta de gravedad, en definitiva, por concatenar construcciones y destrucciones en fracciones de fantástica realidad.
Una mente, muchos pensamientos, unos reales y otros ideales:
Mi parte consciente me dice que no es una película para pensar, o mejor dicho, no sólo para pensar, sino que es una película para vivir, para jugar con ella, para disfrutar a cada segundo intentando ir más rápido con la mente que con los ojos, porque consigue que el espectador acepte las reglas del juego y quiera ganar la partida intentando resolver el enigma. Y lo mejor de todo es que inexplicablemente mi satisfacción llegó cuando tras los créditos y su final susceptible de innumerables interpretaciones dije: "Sólo sé que no sé nada"
Mi parte inconsciente quiere soñar con bucles llenos de anhelos y utopía, con recuerdos tristes y alegres, con extender hasta el infinito cosas imposibles, con renegar del sufrimiento, con catarsis inesperadas, con segundas oportunidades que juegan con el tiempo, con descubrir la verdad de los que te rodean sin dejarte dañar por ello, con deslizarse como una serpiente entre mentiras, con el tótem que acaba con el dolor, con el amor de un instante inacabable...con volver al origen, al verdadero yo...aunque sea en sueños.
También una lista de secundarios agotadoramente perfecta con Michael Caine ("Las normas de la casa de la sidra", "Hijos de los hombres"), Tom Hardy ("RocknRolla", "The Code"), Ken Watanabe ("Cartas desde Iwo Jima", "El último samurái"), Dileep Rao ("Avatar") o Cillian Murphy ("La joven de la perla", "28 días después", "Desayuno en Plutón")...y así podría seguir con cada actor que circula ante la cámara, extraordinario elenco.
Una película que crea mundos, niveles, que está en la imaginación y juega con la realidad de personajes y espectadores, con un trabajo técnico de efectos, fotografía (Wally Pfister) o un montaje de Lee Smith al que parece imposible reprochar ni una secuencia. La banda sonora de Hans Zimmer te deja sin palabras convirtiendo cada nota en imprescindible. Manifiesto mi fascinación por ese mundo onírico sacudido por grandes secuencias de pura acción, por las explosiones paradas en el tiempo, por la falta de gravedad, en definitiva, por concatenar construcciones y destrucciones en fracciones de fantástica realidad.
Una mente, muchos pensamientos, unos reales y otros ideales:
Mi parte consciente me dice que no es una película para pensar, o mejor dicho, no sólo para pensar, sino que es una película para vivir, para jugar con ella, para disfrutar a cada segundo intentando ir más rápido con la mente que con los ojos, porque consigue que el espectador acepte las reglas del juego y quiera ganar la partida intentando resolver el enigma. Y lo mejor de todo es que inexplicablemente mi satisfacción llegó cuando tras los créditos y su final susceptible de innumerables interpretaciones dije: "Sólo sé que no sé nada"
Mi parte inconsciente quiere soñar con bucles llenos de anhelos y utopía, con recuerdos tristes y alegres, con extender hasta el infinito cosas imposibles, con renegar del sufrimiento, con catarsis inesperadas, con segundas oportunidades que juegan con el tiempo, con descubrir la verdad de los que te rodean sin dejarte dañar por ello, con deslizarse como una serpiente entre mentiras, con el tótem que acaba con el dolor, con el amor de un instante inacabable...con volver al origen, al verdadero yo...aunque sea en sueños.
"Sabes donde quieres que el tren te lleve, pero no sabes donde te va a llevar...y no te importa"
"Una vez que una idea se ha apoderado del cerebro es casi imposible erradicarla"
"Tu culpabilidad es lo que la define, es lo que le da poder"
"Dream is collapsing" de Hans Zimmer
Si no la has visto ¿A qué esperas? Si lo has hecho ¿Qué opinas tú?
Próximamente más, y si es posible...mejor
2 comentarios:
Me gustó, pero sin pasarse. Le veo algunos fallos:el de siempre con Di Caprio en permanente fallo de casting (debe ser manía personal); el nivel de la nieve parece un video juego de esos de disparar a todo lo que se mueve, es decir ¿los efectos son consecuencia de la trama o es al revés?
Pero tiene un guión bueno (no tan original, véase Matrix, Avatar y otras), y un montaje excelente, y lo mejor: el tratamiento del tiempo, esencial en el cine y aquí estupendo.
Saludos!
A mi Di Caprio siempre me ha sembrado dudas, será que el chantaje emocional pre-adolescente del que fui víctima con Titanic todavía no se lo he perdonado, pero aquí y en RRoad me gustó.
Yo me quedo con eso, me gustó la película pero lo de obra maestra ya es otro cantar.
Saludos ethan!!
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