Intimista y pequeña película española de José Enrique March tras su primer largo, "La estancia", y que en 2007 se aventuró con esta peculiar historia de detallista factura que pasó desapercibida en taquilla.
Una fallida mezcla con grandes secuencias oníricas con y sobre el arte, que no encuentran anclaje ante el grave problema de ritmo del que adolece la cinta. Es la historia de Gabriel, un genio de la música que ha crecido bajo un caparazón mientras huye de los recuerdos de un padre preso, y que al conocer a Sara vuelve a soñar...pero esta historia falla por la inconsistencia de patrones iniciales como es el autismo del protagonista, o por lo previsible de los minutos finales.
Pero a cambio es un canto a los soñadores, un suspiro a la pureza del amor y de la música lleno de bellas escenas a las que da su imprescindible toque la fotografía de José David Montero. Y es que si te apartas de los errores y conectas con el halo sentimental, simplemente pasarás a disfrutar del trabajo actoral y de una banda sonora donde las notas son mucho más que un fondo musical.
Silvia Abascal y Javier Ríos levantan unos personajes a los que un guión inconsistente les deja en ciertos pasajes sin red; Ella, como siempre, consigue que el espectador se rinda ante su trabajo con un nuevo papel de mujer compleja, y Javier Ríos tuvo aquí su primer gran protagonista y demostró un amplio registro que ojalá se siga aprovechando en nuestras pantallas. El otro vértice del triángulo es Antonio Dechent como padre arrepentido del protagonista, y que vuelve a manifestarse como un secundario que defiende y pone alma en sus quiebros con la cámara. Además destaca la interpretación de Silvia Medina, Juan Mandli o Rikar Gil.
Se agradece el riesgo del director al atreverse con una historia que no solemos encontrar en nuestras carteleras, se agradece el trabajo de los interpretes y la conmovedora sensación final que te tiene atrapada cuando llegan los créditos. No será redonda, pero sigue siendo una película para emocionar, ¿por qué no le das una oportunidad?
"Me gusta la madera,
hacer las formas que quieres, pequeñas, grandes,
su tacto, suave, seco, a veces templado,
su olor, a hojas recien caídas,
su sonido, llega cuando todo se ilumina y es cuando veo todo girar,
y dejo de mirar, y dejo de ver, y dejo de tocar.
Un silencio de armonía, y mi piel se estremece, mi boca se seca,
y me dejo llevar por el viento, el sonido,
y dejo empapar mi corazón de cada nota,
salgo de este mundo y veo estrellas,
y más allá un aliento de bondad.
Y no necesito hablar para querer,
y no necesito mirar para sentir,
y no necesito luz para ver,
y dejo mi sueño en un silenci0,
y dejo de mirar, y dejo de escuchar"
Si no la has visto ¿A qué esperas? Si lo has hecho ¿Qué opinas tú?
Próximamente más, y si es posible...mejor
2 comentarios:
Hola Adhara!
Escuchando a Gabriel, me encanta el título... suena muy bien, pero nunca había oido hablar de ella. Y de prota total, Silvia Abascal. Pues como dices, logra emocionar... y habrá que darla una oportunidad, por supuesto, me la apunto. Gracias por tu recomendación!
A mí al final sí me logró emocionar, pero que vaya por delante que yo soy una ñoñas sin remedio y de lágrima fácil jejeje
De todas maneras aviso, la película no es redonda, le falta algo...aun así yo le daría una oportunidad.
Saludos Ricardo!
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