Este cortometraje es una verdadera joya, surgió en 2006 cuando su autor hacía la tesis en la Escuela de Artes Visuales de Nueva York, una maestría de tres minutos donde un pequeño pájaro kiwi (aves no voladoras procedentes de Nueva Zelanda) decide ¡¡Volar!!
Tim Cassell en la música y una animación sencilla del propio director dejan todo el protagonismo al guión que consigue pellizcar a los telespectadores, porque hay retos que te llevan al límite.
Cumplir un sueño...aunque sea el último
¿Qué opinas tú?
Próximamente más, y si es posible...mejor
1 comentario:
Excelente! Un hermosisimo corto!
Publicar un comentario