sábado, 22 de enero de 2011

EL DISCURSO DEL REY

Con la temporada de premios más que encauzada todo apunta a que una de las triunfadoras de la temporada será esta película de esencia británica que aborda el ascenso al trono de Jorge VI. 

Para situarnos en el tiempo, por si sois como yo que me pierdo entre tanto linaje, deciros que era el padre de la actual monarca, y por lo tanto el esposo de la mítica Reina Madre quien está retratada en su abstemia época. 
Jorge VI era tartamudo, y pese a sus múltiples esfuerzos por superar esta dificultad en el habla y sus limitadas capacidades sociales,  no lo consigue hasta que se cruza en su camino un peculiar especialista, Lionel.

El director Tom Hooper pese a retratar un biopic centra el desarrollo en aspectos mucho más humanos y alejados del férreo protocolo real, desgrana un camino de amistad, amor, temores, confianza, responsabilidad y madurez.
Desconcierta la lejanía que impone el contexto, la frialdad familiar o la falta de empatía que supone la imposición de una vida en la que no puedes elegir, pero en esa burbuja alejada de la realidad el realizador centra el foco en las personas para que el espectador muerda el anzuelo.

Acostumbrados este año a películas grandilocuentes, es la sobriedad de un guión escrito por David Seidler donde tiene su mayor baza para diferenciarse de sus competidoras. Un guión al que le falta algo de ritmo en los minutos iniciales pero que pasados los momentos de presentación te mete en una historia que va mucho más allá de coronas y tronos. 

No obstante, el verdadero artífice de la conexión con la platea es un reparto sin atisbo de dudas liderado por Colin Firth ("Genova", "Un hombre soltero", "Bridget Jones", "Love actually", "La joven de la perla"...y muchas otras) Un actor, con el que confieso no soy objetiva ya que forma parte de la lista de mis imprescindibles, pero que borda impertérrito un papel desconcertante sin caer en la parodia del tartamudo. 

Pero su trabajo quedaría cojo sin la réplica de Geoffrey Rush ("Munich", "Piratas del Caribe", "Shakespeare in love" o el apabullante David Helfgott de "Shine"), que da vida a un especialista en dicción entre las rarezas y la lealtad, y que a medida que transcurre el metraje va conquistando la pantalla con los silencios y miradas que ambos protagonistas se intercambian.

No hay que olvidar tampoco ni a Helena Bonham Carter que se desprende de parafernalias para ofrecer verdad, ni a Guy Pearce quien encarna a David, el legítimo aspirante al trono que no está dispuesto a comulgar con los firmes barrotes de la jaula dorada.

Con la fotografía de Danny Cohen, el depurado vestuario de Jenny Beavan, la dirección artística de Eve Stewart y Judy Farr, o la banda sonora de Alexandre Desplat, recrean la primera mitad del siglo XX con el austero empaque que exigía la vida en palacio, redondeando así un guión vital salpicado de humor británico.

Una película de reyes y plebeyos, de miedos y amistad.




¿Qué opinas tú?

Próximamente más, y si es posible...mejor

No hay comentarios: